Las palabras de los libros de Doris Lessing nos llevarán a un mundo labrado por temas recurrentes, obsesivos y cruciales: el comunismo, los animales, las mujeres. Sobre todo las mujeres, retratadas en su sicología, política, trabajo y relación con el hombre y con los hijos. Todo ello padecido y luchado en un agobiador ámbito machista-colonial-africano-inglés. No es una humanidad propicia ni acogedora. Leerla requiere fortaleza.
Tanto critica las opresiones de una sociedad, y que sus personajes fueran altavoces o baja voces de ideas políticas, fanáticos partidarios de una practica feminista contra la represión. No sucede así porque Doris Lessing es una gran novelista y su arte prima sobre su ideología. Siempre se encuentra el riesgo de un simplismo emocional: sus heroínas se parecen y se le parecen, dentro de una misma novela e incluso hacia otras novelas, creando así una malla genética.
Todas proceden de la vida de Doris Lessing. De una vida literaturizada, como en las obras de Colette.

Así el entorno del campo africano con sus árboles y pájaros, y el entorno del idioma inglés hablado en ese lejanísimo arrabal de Gran Bretaña, es el decorado escénico de sus cuentos y novelas. Pero sin exagerar su presencia, sin hacer odas a la flora y fauna. Controlando "el color local".
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